domingo, 3 de abril de 2011

La gente que me gusta (Mario Benedetti)

Así es la gente de Estado del Malestar...





Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.

Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto.

Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.

A estos los llamo mis amigos.

Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor. La gente que nunca deja de ser aniñada.

Me gusta la gente que con su energía, contagia.

Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.

Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.

Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.

La gente que lucha contra adversidades.

Me gusta la gente que busca soluciones.

Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.

Me gusta la gente que tiene personalidad.
Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.

La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.

Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido.

Mario Benedetti

El discurso que hizo que mataran a JFK


Nega - Mi novia es de derechas

Falsa Democracia (José Saramago)





Traducción: 
"Todo se discute en este mundo, menos una única cosa que no se discute, no se discute la democracia.
La democracia está ahí, como si fuese una especie de santa de altar de quien ya no se esperan milagros, pero está ahí como una referencia, una referencia. Es la democracia.
Y no se repara en que la democracia en la que vivimos es una democracia secuestrada, condicionada, amputada. Por que el poder del ciudadano, el poder de cada uno de nosotros, se limita en la esfera política, repito, en la esfera política, a quitasr un gobierrno que no gusta y a poner otro que tal vez vaya a gustar, nada más. 
Pero las grandes decisiones son tomadas en otra esfera y todos sabemos cuál es. Las grandes organizaciones financieras internacionales, los FMI's, las organizaciones mundiales de comercio, los bancos mundiales, la OCDE, todos esos..., ninguno de esos organismos es democrático y por lo tanto, cómo es que podemos hablar de democracia, si aquí, los que efectivamente gobiernan el mundo, no son elegidos y electos directamente por el pueblo. ¿Quién escoge los representantes de los país en esas organizaciones? ¿Los pequeños pueblos? No. ¿Dónde está, entonces, la democracia?"

Saramago "La conciencia"


Perdone que sea pobre

La frase pretendía ser una disculpa amable pero me golpeó con dureza: ‘perdone que sea pobre’. La pronunció una mujer joven, con dulce acento peruano, a la que yo le había tendido la mano ante un pequeño problema que la angustiaba. ‘Le agradezco mucho, señor; y me gustaría corresponderle obsequiándolo, pero no puedo. Perdone que sea pobre’. En sus palabras no había ironía, sino resignación ante la fatalidad.
Aquella inmigrante sabía que en este país de nuevos ricos venidos a menos no está bien considerado eso de ser pobre. Que la carencia de recursos económicos es casi una vergüenza, una falta imperdonable, en nuestra despiadada sociedad. La pobreza se contempla como una lacra social que no permite a la gente consumir como es debido, además de impedirle ser todo lo cortés y generosa que algunas circunstancias exigen. Y lo menos que pueden hacer los desheredados es disculparse humildemente. Porque su misma existencia supone una afrenta política para un sistema que presume de justo. La economía social de mercado... ¿Les suena aquella vieja canción?
‘Perdone que sea pobre.’ Al escucharlo recordé lo que tantas veces le oí repetir a mi padre: ‘no conozco a nadie que se haya hecho rico trabajando; la única forma de enriquecerse es explotando el trabajo de otros.’ Y también lo que Brecht escribió: ‘detrás de toda gran fortuna se oculta siempre un gran delito.’
¿Tendrían que disculparse esos cinco grandes bancos españoles que, en plena crisis financiera mundial y en los peores momentos de la economía española, obtuvieron el pasado año una ganancia total de 14.000 millones de euros? No. Ese enriquecimiento, por amoral que resulte, es lo que se llama un éxito. La pobreza, por simple regla de tres, representa un fracaso.
Resulta lógico, pues, que millones de personas hagan en voz alta su acto de contrición social: perdón por ser pobre, perdón por tener un trabajo precario, perdón por estar parado, perdón por que no pueda gastar ni pagar mis deudas, perdón por aspirar a una ayuda, perdón por ocupar una plaza en un comedor de caridad o en un hospital... Perdonen que mi vida evidencie el fracaso del sistema político y la colosal estafa del sacrosanto libre mercado. Perdonen, sobre todo, que lo haga sin ser consciente de que mi pobreza desluce las estadísticas.

Tanda de carteles (4)

En un alarde de desvergüenza, Servihabitat, Servicios inmobiliarios de "la Caixa", ha sacado una campaña para promocionar su bolsa de pisos nuevos y de segunda mano (procedentes, lógicamente, de embargos) y ha tenido el más que dudoso gusto, por no calificarlo de puro sadismo, de llamarle El Pisotón. ¡Qué graciosos y ocurrentes! (http://www.servihabitat.com/elpisoton/).
Este cartel se lo ofrezco desinteresadamente, por si quieren burlarse aún más de los pobres desahuciados.









MALESTAR BARCELONA. LA BANCA....TU OTRA AMIGA